martes, 26 de agosto de 2008

La moral de John Rambo

Por Emilio Pihen


John Rambo es un vetrano de la guerra de Viet Nam. Mas precisamente un ex boina verde atormentado por los recuerdos de la guerra en la que participo como grupo de comandos de elite. En honor a la verdad a Rambo lo atormentan los recuerdos de su paso por un campo de prisioneros de guerra donde sufrió innumerables actos de maltratos y torturas que no solo lo han marcado en su alma ya que en su espalda se pueden apreciar profundas cicatrices producidas por un soldado nor vietnamita con una hoja de cuchillo.
Ahora Rambo (ahora se entiende el momento en que se desarrolla su historia) es como gran parte de los veteranos de esa guerra, un paria en su país, alguien que para el estadounidense medio representa la derrota militar, la vergüenza, lo que no debe ser nombrado ni recordado, el honor patriótico mancillado. Rambo es alguien que camina por las rutas de Estados Unidos, sintiéndose extraño en su propia tierra, buscando a otros sobrevivientes de su pelotón con una foto en su mano. Su búsqueda es infructuosa, los que no cayeron en combate están atrapados por la locura o mueren por los efectos residuales de los químicos que ellos mismos usaron como armas o sus familias están inmersas en la pobreza. Porque el ahora también muestra otra dura cara, es 1982, el segundo año de la dura recesión económica del gobierno neoliberal conservador de Ronald Reagan y la guerra fría entre y la amenaza de una hecatombe nuclear entre Estados Unidos y la URSS es un hecho cotidiano para todos los habitantes del plantea.

Rambo no encuentra a sus amigos y no se encuentra a si mismo y lo peor de todo es que está casa.

Pensando en lo que nuestra historia reciente de militancia, luchas Sociales y Populares y Terrorismo de Estado y hasta la guerra de Malvinas no he dejado de preguntarme cual seria la matriz cultural en la cual se forjó por largas décadas en nuestro país un ideario de militante ligado a la concepción de un héroe incorruptible, capaz de cruzar las mas fuertes tormentas y salir airoso y sin un rasguño, no solo en su cuerpo sino en su espíritu. El cine es por cierto uno de los ámbitos sociales donde gran parte de los argentinos consumió (y consume) modelos de relaciones sociales. Y hablo de cine no solo como la sala donde se proyecta una película sino como arte, vemos cine en nuestros televisores.

No dejan de asombrar las analogías entre la sinopsis de “First Blood” (este es el nombre en ingles de la película y significa “Primera Sangre”) y muchas de las situaciones vividas por sobrevivientes de campos de exterminio en nuestro país y ex combatientes de la guerra del atlántico Sur.

La escupida

Luego de sufrir apremios ilegales y la cárcel, Rambo tiene una segunda chance. Su amigo y mentor, el coronel Trautman lo rescata de la prisión donde estaba confinado a picar piedras para llevarlo nuevamente a viet nam a rescatar a un grupo de soldados que aun están prisioneros en la jungla. En una maniobra de inteligencia, Rambo es abandonado por sus superiores y recapturado por tropas de la URSS que lo someten nuevamente a torturas, esta vez con descargas eléctricas aplicadas sobre una cama de hierro. Rambo, prácticamente solo en la sala de torturas, en una maniobra de segundos, se libera, mata a un par de sus captores, empuja a su verdugo a la cama de hierro y le manda todos los voltios juntos y huye.
En la tercera parte de la zaga, rambo viaja a Afganistán a luchar con las tropas de ocupación de la ex URSS cuando Trautman es capturado. Trautman es llevado a una base estratégica del desierto y sometido a un interrogatorio sobre el campamento de los reveldes. Ante su negativa a colaborar espontáneamente, es atado a un camastro de hierro y picaneado. Cuando se le pregunta porel campamento revelde, Trautman mira a los ojos a su verdugo y lo escupe en la cara.
¿En cuantas películas vimos esta escena planteada de las mas diversas formas? El chico de la película, el héroe, el prototipo, resiste a la tortura. No solo eso. Es capaz de mirar a su verdugo y escupirlo. Es capaz de volver al mundo luego de pasar por un centro clandestino de detención o una sala de torturas y reencontrarse con sus amigos y camaradas sin que nadie pueda o quiera reprocharle algo.
Como no pensar en los manuales de instruccion Estadounidenses donde se enseñó metodos de sometimiento donde nadie resiste a la tortura. Digo en lo público, lo masivo, el imperio enseña que a la tortura, si uno es un heroe de verdad, se puede resistir. En lo intimo y vedado de la instruccion militar se enseña que nadie resiste.
Pensando al cine como uno de los lugares donde gran parte de los argentinos que integraron la denominada “generación de los 70” formó sus relaciones sociales (primeros noviazgos, barras de amigos, etc) podemos suponer que una parte importante del pensamiento revolucionario en nuestro país, el que nos hace pensaral otro como sujeto de cambio, se construyó, lamentablemente, desde una línea de pensamiento generada en uno de los centros donde se construye el mas fuerte poder simbólico de los valores del imperio: Hollywood, California. La Nueva Roma
Hasta la próxima.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

vamo lo pibe!!! siga escribiendo no se cague

Bawden dijo...

Te tiro unas pelis, Hollywodenses tambien pero que para mi escapan al mainstream. Que Opinas de El Club de La PElea por ejmp. Guille Bawden